Protección contra el rayo y sobretensiones en oficinas bancarias
Los diferentes tipos de sobretensiones tienen un efecto directo en las instalaciones eléctricas. Tanto las sobretensiones transitorias como las sobretensiones permanentes causan el desgaste prematuro de los equipos conectados a la red, provocando la propia destrucción del equipo e incluso incendios en la instalación. Los equipos eléctricos presentan una resistencia diferente frente a las sobretensiones. La norma internacional IEC 60364-4-44 clasifica los equipos de alimentación a 120Vac en cuatro categorías, según su capacidad de soportar la sobretensión. La categoría 1 es la más sensible, a ella pertenecen los equipos informáticos y electrónicos.
Casi la totalidad de los equipos que se encuentran en las entidades bancarias pertenecen a la categoría 1, por este motivo estas instalaciones son tan críticas a las sobretensiones. Para este tipo de instalación, debido al servicio que ofrecen, asegurar la continuidad de servicio es igual de importante que la propia protección de los equipos. La reparación de los daños provocados, además de los costes directos de los propios equipos, conlleva unos costes indirectos, no tan fáciles de medir, como las operaciones no realizadas en el cajero automático y la insatisfacción de los clientes.
¿Qué son las sobretensiones?
En el análisis del fenómeno de las sobretensiones, siempre se realiza la distinción entre sobretensiones transitorias y sobretensiones permanentes. A pesar de que ambas representan un aumento de la tensión por encima del límite admisible, difieren en sus orígenes, magnitud, tiempo de duración y método de protección.
Las sobretensiones transitorias son picos de tensión que pueden alcanzar valores de decenas de kilovoltios y cuya duración es del orden de microsegundos. A pesar de su corta duración, su fuerte contenido energético puede causar graves problemas a los equipos conectados a la línea, desde su envejecimiento prematuro hasta su destrucción, provocando interrupciones de servicio y pérdidas económicas. Los orígenes de este tipo de sobretensiones son diversos, como el impacto directo de descargas atmosféricas sobre la protección externa (pararrayos) de un edificio o tendido eléctrico, así como la inducción de los campos electromagnéticos asociados a éstas sobre los conductores metálicos.
Las líneas exteriores y las de mayor longitud son las más expuestas a estos campos, recibiendo a menudo inducciones elevadas. También es habitual que fenómenos ajenos a las condiciones atmosféricas, como la conmutación de centros de transformación o la desconexión de motores u otras cargas inductivas, provoquen picos de tensión en líneas colindantes. Las sobretensiones transitorias son picos de tensión que alcanzan valores de decenas de kilovoltios y una duración de µs.
El método de protección contra las sobretensiones transitorias consiste en la instalación del protector o descargador en la línea susceptible de recibir la sobretensión, conectándolo en paralelo entre ésta y la tierra. De este modo, en caso de sobretensión transitoria, el protector derivará a tierra el exceso de energía, limitando así el valor del pico de tensión hasta un valor soportable por los equipos eléctricos conectados.
Protección de las sobretensiones provenientes por la red eléctrica.
Según la norma IEC61643, para conseguir la correcta protección contra sobretensiones, se debe dimensionar una protección en cascada. Esto significa instalar un protector en cada uno de los tableros eléctricos, logrando así una reducción del valor de sobretensión en cada paso y asegurando un valor mínimo soportable para los equipos conectados a la red.
Antes de dimensionar la protección para cada uno de los tableros eléctricos, se debe saber si las sobretensiones que recibirán son conducidas o inducidas, ya que el grado de energía es muy diferente e implica protecciones diferentes.
Si las instalaciones cuentan con protección externa contra rayos, la protección que debe ir en el tablero principal es de tipo 1+2; en caso de que no cuente con esa protección, un tipo 2 es suficiente.
Para los tableros secundarios, se recomienda una protección tipo 2 o tipo 2+3 para asegurar la continuidad del servicio en las oficinas bancarias.
Para mayor información contáctenos aquí
Para ver más productos CPT clic aquí